Los niños y el duelo
Los niños y el duelo
La muerte es un acontecimiento natural. Los expertos coinciden en que no se debe proteger a los niños, ni siquiera a los más pequeños, de la muerte de un ser querido. Los niños tienen la capacidad de reconocer la muerte como un acontecimiento y la curiosidad de hacer preguntas sobre el mismo. El consejo general es hablar con el niño de forma sencilla y sincera sobre la muerte, de una manera adecuada a su edad. Haga preguntas para determinar lo que el niño ya sabe sobre la situación. Luego puede explicarle la situación de forma sencilla y honesta. Por ejemplo, puede decir: "El corazón de la abuela se cansó demasiado y dejó de funcionar, por lo que murió". Es importante evitar dar respuestas que puedan confundir o asustar al niño, como "La abuela se fue a dormir y no va a despertar" o "Dios se llevó a la abuela para estar con los ángeles". Si bien estas frases tienen la intención de consolar y tranquilizar, el niño puede interpretarlas en un sentido mucho más literal. Por ejemplo, el niño puede desarrollar miedo de irse a dormir porque le puede pasar lo mismo. Permítale que haga preguntas si quiere, pero no lo presione si no responde. Un niño más pequeño puede hacer preguntas como “¿Dónde está la abuela ahora?” o “¿Está mi gatito en el cielo?”. Los niños mayores pueden comprender mejor la finalidad de la muerte y hacer preguntas más abstractas relacionadas con cuestiones de fe, el significado de la vida, etc. Para cualquier grupo de edad, limítese a dar respuestas simples y veraces en términos que el niño pueda entender.
¿Cómo explicarle a un niño la muerte de un ser querido?
La edad y el desarrollo emocional de un niño influirán en la forma en que experimenta el duelo.